Wednesday, March 13, 2013

Mantequilla

Ese momento cuando observas el acantilado y la brisa acaricia tu rostro.
No hay cuando, ni como, ni porque.
No existe la posibilidad de pensar en el presente o futuro, porque de hacerlo, el miedo se filtra por tus venas, tomando el control de cuerpo, dominando tu mente y obligando el regreso de tus pasos.
Así que respiras, sin pensar ni comprender. Sin siquiera considerar lo que te espera más allá.
Sólo te guías por el impulso del momento. El llamado natural y automático que se activa en tu nuca.
Y te lanzas con los brazos extendidos.
Abrazando el viento que golpea ferozmente contra tu cuerpo, abofeteándote por la estúpida decisión que tomaste.
Pero respiras, aspiras, sonríes y gritas.

Has tomado al toro por los cuernos y ahora vas a pagar por ello.

No comments:

Post a Comment