Friday, December 23, 2011

Gracias, nuevamente.

Con el susurro de tu despedida, los pétalos se mueven... suavemente.
El suelo es tragado por las rojas olas y el murmullo me alienta a dar un clavado.
Mojada, roja y fresca, me siento como menta en una tarde de verano.
Con el cuerpo pegándose a tus prendas y el calor oprimiendo tu rostro, el frío entra por tu boca y se desliza por tus entrañas.
Fresca y mojada, nado por entre las rojas calles. Cual abandonado pez.
Nadie observa, porque no hay nadie en las calles y las paredes observan, dejando que el hongo oculte su desnudez... pero no la mía.
Nado, hasta que te encuentro, y con tus lágrimas tiñendo el rojo suelo, comprendo que es el momento.


Adiós, hasta luego. Cuídate.