No sé quien ser. No sé quien fui ni quien seré. Y aún, con todo y la idea del individualismo irrumpiendo en nuestra sociedad actual, no puedo evitar sentirme egoísta ante lo mismo. Como si estas dudas, este temor y esta confusión resultaran vanos juegos de adolescencia -los cuales, bien, podrían serlo.
No sé como actuar. No sé como ser. No sé si esta loca idea fundamental de la meditación de analizar cada acto realizado, me de alguna clase de control, alguna clase de tranquilidad. Por que, joder, puede que ese ni siquiera sea el objetivo de todo esto.
Quizás la idea es, como algunos reconocidos dijeron, joderse la mente hasta el final de los tiempos.
No sé como reir, o como actuar. No sé como hablar, ni como pensar.
Tan fácil como "sé sólo tú" y tan estúpido como lo mismo. La respuesta de dos segundos al problema de toda una noche en vela. Con estas locas ideas cursando tu mente y careciendo de sentido absoluto. Como si morir fuera el sabor del jugo que comprarás al día siguiente, o huir alguna clase de botana que esté en descuento.
Y sé que no es su culpa, aunque algunos deseen atestiguar que sí. Yo sé que no es así, y sé que todo se reduce a lo opuesto. A él y yo, compartiendo esta clase de enferma manía que produce asco y vergüenza. Porque me niego a ser así, me niego a caer en esa estupidez y me niego a vivir bajo esta locura.
Aunque, la negación, no es ni la primera parte del cambio... ¿o era al revés? Pfff....
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