Las ideas brotaran de tu mente, cual acuoso residuo del tiempo. Brotando y corriendo por entre tus delgados dedos, las ideas se convierten en remolinos, sucios y marcados que marcan el cielo cual carbón.
Sucio queda el viento.
Y los residuos besan la carpeta, empapándola, penetrándola sin tapujos.
Mojadas, delinean las emociones que se abren paso entre la piel. A-bri-én-do-se paso.
Con sus delicadas y contorneadas manos, salen descaradamente de su capullo.
Gritando y moviéndose cual ahorcadas palomas, estas luchan por liberarse.
Lucan, arañan, se escapan.
Hasta que las ideas las empapa: pega sus alas y deja que se queden en el suelo, a esperar su fortuna.
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